Minirrelato 9
Experimento
El día que me enteré que tenía poderes creí que mi padre se había vuelto loco. ¿Poderes? ¿Magia? ¿Es que mi padre se había vuelto loco?
Y ahora me pongo a recordarlo y siento escalofríos.
Dos días antes, estaba tranquilamente en mi habitación viendo una película en mi ordenador cuando escuché un fuerte estruendo que provenía del comedor. Me acerqué sigilosamente y con cautela, y me sorprendió ver a mi padre frente a un hombre que nunca antes había visto.
Ese hombre atacó a mi padre que se defendió con maestría. Tras varios golpes, ambos sacaron unos palos... no eran palos, eran ¿varitas mágicas? ¿Veía visiones?
Tras unos segundos de lucha, vi cómo de aquellas varitas salían fogonazos de luz que ambos se esforzaban por esquivar con maestría. Hasta que tras varios ataques, mi padre logró vencer a ese desconocido.
Me acerqué a él y le abracé con una fuerza y un cariño que nunca le había demostrado.
-¿Qué ha sucedido, papá?
-Un mago oscuro venía para llevarte con él.
-¿Mago? -Mi tono de sorpresa hizo que mi padre esbozase una pequeña sonrisa.
-Sí, somos magos, toda nuestra familia lo ha sido siempre. Y tú eres la maga blanca de la que nos habla una leyenda. Lo supimos desde el momento en que naciste. Y nuestra misión es protegerte para que llegues a ser la maga que este mundo necesita para acabar con el mal -Explicó dejándome sin palabras.
-Pero... -No sabía ni lo que decir.
-Tranquila, hija. Lo entenderás, pero poco a poco.
Así nos quedamos abrazados unos minutos más, disfrutando de esa tranquilidad que no sabíamos cuánto duraría.
El día que me enteré que tenía poderes creí que mi padre se había vuelto loco. ¿Poderes? ¿Magia? ¿Es que mi padre se había vuelto loco?
Y ahora me pongo a recordarlo y siento escalofríos.
Dos días antes, estaba tranquilamente en mi habitación viendo una película en mi ordenador cuando escuché un fuerte estruendo que provenía del comedor. Me acerqué sigilosamente y con cautela, y me sorprendió ver a mi padre frente a un hombre que nunca antes había visto.
Ese hombre atacó a mi padre que se defendió con maestría. Tras varios golpes, ambos sacaron unos palos... no eran palos, eran ¿varitas mágicas? ¿Veía visiones?
Tras unos segundos de lucha, vi cómo de aquellas varitas salían fogonazos de luz que ambos se esforzaban por esquivar con maestría. Hasta que tras varios ataques, mi padre logró vencer a ese desconocido.
Me acerqué a él y le abracé con una fuerza y un cariño que nunca le había demostrado.
-¿Qué ha sucedido, papá?
-Un mago oscuro venía para llevarte con él.
-¿Mago? -Mi tono de sorpresa hizo que mi padre esbozase una pequeña sonrisa.
-Sí, somos magos, toda nuestra familia lo ha sido siempre. Y tú eres la maga blanca de la que nos habla una leyenda. Lo supimos desde el momento en que naciste. Y nuestra misión es protegerte para que llegues a ser la maga que este mundo necesita para acabar con el mal -Explicó dejándome sin palabras.
-Pero... -No sabía ni lo que decir.
-Tranquila, hija. Lo entenderás, pero poco a poco.
Así nos quedamos abrazados unos minutos más, disfrutando de esa tranquilidad que no sabíamos cuánto duraría.
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