Reflexiones... Madurez

Cuando somos pequeños nos divertimos y hacemos muchas cosas por el mero hecho de ser niños. Es cierto que a esa edad estamos deseando hacernos mayores para poder hacer todas esas cosas que vemos a los hermanos mayores o a los familiares, pero para mi gusto, a día de hoy con 28 años, puedo decir, que lo mejor de la vida es ser niño, porque no tienes responsabilidades, y cuando haces algunas cosas no las haces con malicia, si no porque eres curioso e inocente.

Lo bueno de hacerse mayor es poder hacer más cosas, lo malo, la cantidad de responsabilidades. Pero lo que nos guste o no hay que hacer es MADURAR. Pues sí, para bien o para mal hay que madurar, y eso implica portarse como es debido con la familia y con todas las personas del entorno.

Pero claro, hay gente que cree que es madura y se pone a hacer niñerias que hacen daño como si fueran juegos, y no se dan cuenta de que hay cosas que no se pueden hacer, hay algunos límites que deben ser impenetrables. Lo malo es que hay gente que no sabe parar. ¡Qué pena por aquellas personas!
Sobre todo me da pena que hay dos dichos que tienen mucha razón en esta vida, y lo he aprendido a lo largo de estos años y son:

-Se recoge lo que se siembra
-Quien siembra vientos, recoge tempestades.

La verdades que ya sabéis que yo soy de creer en el Karma y trato de pensar que si nos pasan cosas malas, tarde o temprano nos pasarán cosas buenas. Solo hay que tener paciencia y hacer cosas buenas, y portarse bien con la gente que nos rodea.

Sé que a veces cuesta el hecho de madurar, que no siempre es fácil, y que tener relaciones personales no siempre es sencillo, pero es lo bonito de la vida. Es el objetivo de la vida, tener amigos, familia y ser feliz viviendo la vida.

Así que ¡a madurar se ha dicho! jeje.