Minirrelatos.... Conversación inesperada

Cada día me pasaba horas y horas conectada al ordenador para hablar con él. Desde que conocí a Francesco había cambiado. No sabía explicar como en 3 meses de conversaciones por el ordenador había sido capaz de empezar a quererle.
Había tenido muchos desengaños amorosos pero era un chico tan especial que no era capaz de estar sin hablarle más de una hora. Menos mal que hablábamos por el chat y también por el WhatsApp. Menos mal que las nuevas tecnologías estaban a nuestro favor y podíamos estar conectados hablando todo el día.
Conocerle había sido una casualidad, pues era amigo de mi ex-novio. Al principio cuando estaba con Alex, todo iba bien, pero cuando empezamos a discutir mucho, Francesco intentó ser nuestro mediador y ayudarnos para no romper. Pero la relación se rompió sin remedio, demasiados reproches, demasiadas discusiones, y un chico que no mostraba interés en mi.

 Me llevé una gran sorpresa al recibir una llamada de Francesco para preguntarme si estaba bien tras la ruptura. Una conversación llevó a otra, y a otra... hasta que una tarde me dejó sin palabras. Me fue a buscar a la salida de mi trabajo.
Al verle me emocioné y comencé a llorar. Estaba de pie junto a su coche con un ramo de rosas azules en una mano y un peluche adorable en la otra. Al mirarle al rostro vi como esbozaba una amplia sonrisa. Me acerqué a el anonadada, pues no esperaba una sorpresa así.
-¿Qué haces aquí? -pregunté mirándole mientras me sonrojaba.
-Quería sorprenderte, como no habíamos podido quedar desde antes tu ruptura, quería animarte y distraerte para hacerte sonreir.
Me quedé callada, lo único que pude hacer fue quedarme mirándole fijamente a los ojos. Después Francesco abrió la puerta del copiloto y me subí tranquilamente. Él se colocó en su asiento y tras encender el coche se puso a conducir. En pocos minutos llegamos al Parque Warner. No podía creérmelo, yo había hablado con él que me encantaban las atracciones pero solo había sido un comentario sin importancia.
-No puedo creer que estemos aquí. Hace años que no vengo...
-Por eso lo he hecho. Quería animarte y que te sintieras bien. Adoro verte sonreir -contestó mientras acarició mi rostro con el dorso de la mano.
-Pero... yo no sé qué decir...
-Solo haz lo que sientas, quiero que seas feliz, no sabes lo mucho que me dolía verte llorar por Alex. No se merece tus lágrimas.
-Creía que era tu amigo.
-Desde que te conocí más profundamente me he enamorado de ti. Solo quiero estar a tu lado y hacerte feliz.
En aquel instante me sentí como la única chica en el mundo. Francesco me hizo sentir tan especial que le abracé y me dejé arropar por sus sentimientos. Sentimientos que yo también tenía en mi interior.