Minirrelato: El ángel

 

Sus manos rozaban cada centímetro de mi piel y se me ponían los vellos de punta. Había estado con muchísimas mujeres pero Amelia era especial... No supe porqué desde que la conocí me sentí diferente con ella. Para mi las mujeres habían sido meros juguetes para mi desahogo sexual, pero ella... Era incapaz de describir lo que me hacía sentir el mero hecho de rozar sus labios.

 No podía creer que estuviera tan enloquecido por una chica, yo que me había prometido no tener sentimientos hacia ninguna mujer, y allí estaba totalmente rendido ante aquel ángel de cabello castaño y ojos verdes que me excitaba con su presencia.
Me ató a la cama y yo no me opuse, me encantaba jugar en la cama y seguro que con ella los juegos serían tremendamente placenteros. Dejé que mi cuerpo y mi mente disfrutaran de cada caricia, sobre todo cuando me tapó los ojos y el resto de mis sentidos se agudizaron. Pude sentir su lengua, sus manos, su piel desnuda...
La mejor parte llegó cuando me sentí dentro de ella. Nunca había intimado con los ojos cerrados a pesar de haber jugado en la cama con muchas mujeres, siempre era yo el dominante, pero verme "sometido" estaba siendo una experiencia... curiosamente deliciosa. Todos lo movimientos, caricias, besos eran como si los diera y recibiera por primera vez lo que hizo que mi placer se incrementara considerablemente. Sentí que mi interior estaballa al llegar al clímax al igual que ella.
Nos quedamos tumbados y abrazados, disfrutando del momento tan íntimo que acabábamos de experimentar. Ella era muy suave, acariciarle la espalda era algo nuevo para mí, ya que no solía quedarme una vez alcanzado el placer, pero Amelia despertaba en mí sentimientos desconocidos.

-¿Me puedo quedar? -pregunté de forma inocente.

- Claro que si, pero si me dejas que duerma abrazada a ti -ella esbozó una sonrisa aniñada que hizo que me derritiera.

Abracé a mi chica con delicadeza, estar protegiéndola con mi abrazo era algo nuevo para mí pero... me sentía como en el cielo. Según me paraba a pensarlo, mentalmente había llamado a Amelia "mi chica" y... quería que fuera así para siempre porque era mi ángel, la amaría y protegería para siempre